Conoce la historia de Eva Espinoza, una emprendedora que hizo de la joyería su pasión

Eva Espinoza siempre estuvo conectada con el arte y eso la llevó a apreciar cada detalle de la orfebrería. Motivada por esta pasión, hace más de 35 años decidió abrir su propio negocio con el nombre de Taller de Eva, el mismo que ha mantenido hasta la actualidad y que desde 2017 se llama Luce Joyería, luego de una renovación de marca impulsada por su hija.
Eva es socióloga y profesora, madre de dos hijos, miembro de la Asociación de Mujeres Empresarias del Perú (AMEP) y, además, emprendedora al mando de dos negocios. La organización, la actitud, el optimismo y la pasión le han ayudado a llevar adelante todas estas responsabilidades, pero lo más importante ha sido contar con el apoyo familiar y de sus colaboradores. Gracias a ellos “podía seguir dedicándome a mi familia, a mi carrera, a mis estudios y hacer las cosas del taller”, comenta.
Luce Joyería es un negocio que ha crecido con los años, al igual que ella misma. En todos estos años, este emprendimiento le ha enseñado a ser fuerte en momentos duros, a cultivar la confianza y a mantener un estrecho lazo con su equipo de trabajo. “Para mí la empresa es nuestra fiel compañera porque con sus altas y sus bajas siempre está”, señala.
Como a todas y todos, la pandemia la ha afectado directamente, tanto a nivel económico como emocional. Para superar este duro año ha sido fundamental mantener la buena actitud y contar con el apoyo de sus colaboradores y de sus clientas. “Prácticamente ha sido un año paralizado; sin embargo, algo que rescato es que nuestras clientas, que en más de 90 % son mujeres, nos llamaban y se comunicaban”, comenta.
Hoy, con el apoyo de su hija Luz, la joyería ha migrado a una apariencia más contemporánea, pero mantiene la misma calidad y puntualidad que la caracteriza. Para Eva, las joyas no solo tienen un valor económico, sino, sobre todo, afectivo y emocional, por eso, cuida siempre los detalles en cada producto que elabora: desde aretes y anillos, hasta pulseras, collares y piezas únicas que envía a clientes a nivel nacional.
Eva sabe que el cielo es el límite, así que tiene grandes metas por delante para seguir creciendo con su negocio. “En dos años me gustaría estar exportando a Colombia, Costa Rica, Canadá y EE. UU.”, menciona. Además, le gustaría participar de eventos virtuales y ferias multisectoriales online.
Con mucho trabajo y perseverancia, ha podido mantener su negocio a lo largo de los años; sin embargo, no todas las mujeres logran concretar sus ideas de emprendimiento. En nuestro país, los negocios liderados por mujeres suelen enfrentar mayores barreras para crecer, no solo en cuanto a acceso financiero y preparación, sino también por los estereotipos y desigualdades de género.
Al reflexionar sobre esto, Eva comenta que “nuestra sociedad está, lamentablemente, marcada por una mentalidad machista. Entonces, las mujeres, en su mayoría, han tenido pocas oportunidades de desarrollar sus emprendimientos. Nosotras sabemos que día a día ganamos un poco más de espacio; falta mucho, pero estamos ganando respeto y consideración. Eso es lo que queremos, que los emprendimientos femeninos sean mucho más valorados y que haya igualdad de género”.
Como mujer, madre y emprendedora sabe que es fundamental incrementar el apoyo hacia las empresarias. “Yo pertenezco a la AMEP y vemos muy de cerca la capacidad innata que tenemos (las mujeres) para la creatividad y la innovación, somos resilientes: si una se cae, entre todas ayudamos, te levantas, te sacudimos y vamos para adelante. Por ese coraje y valentía, considero que la mujer emprendedora debe recibir más apoyo, tanto del sector público como del privado”, reflexiona.
Precisamente por esta razón, CARE Perú, con la colaboración del Centro Mastercard para el crecimiento inclusivo, ha lanzado el programa Ignite, una iniciativa que busca desarrollar integralmente el potencial de las mujeres microempresarias para contribuir así a una economía resiliente e inclusiva. Eva es una de las muchas microempresarias que han sido beneficiadas con el programa en el Perú, así, ha podido complementar su formación y potenciar su negocio.
“El programa Ignite de CARE está muy bien diseñado, llega con facilidad para entenderlo. Aprecio la forma cómo incentivan a un mejor manejo de las finanzas en los negocios y también el tema de la actitud, tener la visión clara, tus objetivos, afinando cosas para ser más certera en tus decisiones”, comenta. Eva no se queda atrás, con planificación y mucho trabajo ha empezado otro negocio familiar llamado Tempo Café, dedicado a la venta de café orgánico producido en la Selva Central del Perú. En él también aplica lo aprendido en Ignite y ya tiene nuevos planes para seguir creciendo.
Acerca del programa Ignite
Así como Eva, cientos de emprendedoras podrán acceder a capacitaciones y servicios integrales para hacer crecer sus negocios gracias a Ignite. El proyecto es desarrollado por CARE Perú con la colaboración del Centro Mastercard para el crecimiento inclusivo y el apoyo de Financiera Confianza, Fundación Capital y la fintech Oliver. Tiene como objetivo principal abrir el acceso a herramientas financieras, capacitaciones, tecnología y a redes de contacto que ayuden a las microempresarias a crecer.
La campaña alcanzará a casi 1 millón de emprendedores y emprendedoras y acelerará el crecimiento de 36 000 empresas, impactando también en los empleados y familiares. De esta manera, reafirmamos nuestro compromiso por la inclusión financiera y el apoyo integral a micro y pequeñas empresas, principalmente, a aquellas dirigidas por mujeres, quienes aún enfrentan decenas de obstáculos para desarrollar todo su potencial.